Blog dedicado a todos los amantes de la pesca
siempre captura y suelta

miércoles, 13 de octubre de 2021

11 OCTUBRE LOS MORALES

 Volvíamos tras algo más de un año a Los Morales ya que este pasado verano fue imposible por una masificación de pescadores nunca antes vista.

Íbamos un poco asustados por lo que podríamos encontrar, pero no, parece que habíamos vuelto a los tiempos pre-pandemia, donde podías ponerte sin problema donde te apeteciera, eso si, con su consiguiente madrugón.

Pues bien, como digo, llegamos prontito con toda la chavalería para pasar una buena jornada de carpas.


La mañana era fría, el pantano tenía una niebla más propia de meses por llegar, pero se veía actividad en la superficie.

Preparamos cuatro cañas, dos a Feeder y dos para los niños con veleta. Cebamos mezclando engodos con ásticot y un poco de maíz, para los anzuelos clavamos gusano mixto. Había pasado como media hora y ni un toque en las veletas, así que decidimos poner todas a Feeder, tanto con plomos method como de jaula, y bingo!, al rato comenzaron las picadas en todas las cañas, carpitas de 250 gramos a medio kilo muy sanas y luchadoras. Por lo que tengo entendido las mas grandes necesitan aguas mas frías.

En total pincharon unas 10 y sacamos 8, dos nos dieron esquinazo. 

Una gran jornada, muy divertida y lo mas importante: nuestros hijos se lo pasaron en grande, a ver si poco a poco les va entrando el gusanillo, seguro que días como éste ayudan a ello.



Ahora que comenzarán los fríos de verdad veremos qué nuevas aventuras pesqueras nos depararán nuestros embalses.

martes, 13 de abril de 2021

3 ABRIL 2021 PICADAS

 Comenzábamos la temporada en Picadas con mucha incertidumbre. Veníamos de pasar una jornada en Los Morales solo dos días antes y tuvimos dos problemas, el frío de las aguas y la cantidad ingente de pescadores, lo que nos propició una sola captura. Por lo que no sabíamos que nos encontraríamos en la cola de Picadas.

Lo primero que nos sorprendió fue la ausencia de pescadores, solo un puesto se veía en la orilla de enfrente. Por otro lado el bajo nivel del embalse, cosa curiosa teniendo en cuenta el volumen de agua de Los Morales. Cuando este pantano está muy bajo es un problema ya que sus orillas (en la parte de la cola, que es la que conozco) no son de arena, sino de una especie de fango, por lo que apostarse en dichas orillas es complicado y te obliga a montar el puesto unos metros más atrás.



Salvando este obstáculo, montamos tres cañas a feeder, con gusano como cebo principal y engodo para atraer a los buenos barbos que surcan sus aguas.

Al principio de llegar parecía que querían moverse en superficie, pero solo fue un espejismo, la jornada nos constató que no estaban los barbos por la labor y no hubo nada de actividad. Cebamos bien la zona y actualizamos los cebadores cada media hora aproximadamente, pero nada, ni una sola picada.

Solo las curiosas y confiadas ocas, ya viejas conocidas de estas orillas, nos hicieron una simpática visita. ah! y una cantidad notable de piragüistas (se ver que este embalse es un punto fuerte para su entrenamiento).

Después de tres horas de una jornada sin noticias recogimos los bártulos con un gran "bolo" a las espaldas.

Abril no es buena época aún para los barbos y las carpas, están poco activos y casi no comen nada. Habrá que esperar a que caliente un poco mas el tiempo, Mayo es una buena época.

Por lo que prometimos volver cuando las aguas de Picadas estén mas templadas y sus preciosos barbos seguro nos den alguna que otra alegría.


jueves, 1 de abril de 2021

1 ABRIL 2021 LOS MORALES

 Volvíamos a Los Morales, esta vez con la familia, para ir metiendo el gusanillo de la afición a los pequeños. La previsión de la jornada no era muy prometedora por dos motivos, por un lado, el tiempo, se preveía inestable y por otro, la masificación de pescadores, que en los últimos días por distintos foros de pesca era lo más comentado. Seguramente el hecho de que no se pudiera salir de la Comunidad era clave en este tema.

Ni en mis peores previsiones podría vaticinar la cantidad de pescadores que íbamos a encontrarnos, nunca he visto nada igual, 50 pescadores por orilla y me quedo corto, además de caravanas, tiendas de campaña y mil coches. Como curiosidad decir que el lenguaje mas utilizado a mi alrededor no era el castellano. Vamos, que la jornada no prometía mucho. 

A todo esto hay que sumarle el nivel del pantano, estaba altísimo, en los más de 15 años que llevo tentando sus orillas no recuerdo un nivel así. Seguramente las enormes nevadas del invierno tengan mucha culpa.

Por todos estos factores el día no prometía muchas capturas, así que la íbamos a enfocar quizá más en el aprendizaje de los peques que en las capturas en si.

Tanto mi compañero José cómo yo planteamos la faena igual: los mayores feeder a fondo con maíz y los peques veleteando con gusano, un gran cebado de la zona y esperar alguna picada de las Carpas o de algún Bass hambriento.

Todo se complicaba más por la cantidad de vegetación hundida por el nivel del embalse, con sus consiguientes enganches, enredos y enfados.

Tras un par de horas sin señales decidimos cambiar las veletas de los niños por cebadores de gusano a ver si había mas suerte y al poco la alegría del día: la cañita de José comenzó a tumbarse, una preciosa carpa le esperaba al otro lado de la línea. Una buena batalla bien medida por José y a la sacadera. Desanzuelado, fotos y al agua sana y salva.

Estuvimos una hora más pero nada, no volvieron a asomar.

Así que recogimos los petates y de vuelta a los coches, satisfechos tanto por la captura como por la cara de alegría que llevaban nuestros hijos, pero por otro lado bastante preocupados por la masificación de pescadores.



lunes, 24 de agosto de 2020

Agosto 2020


Cada mes de agosto, coincidiendo con las vacaciones, suelo ir varios días a dos embalses que mas o menos conozco y me pillan bien: Los Morales y Picadas.

Los Morales y sus carpas y carpines siempre promete buenas jornadas, este año ha sido especialmente divertido ya que, a diferencia de otros años en los que los carpines no dejaban de tocar y era casi imposible tener una picada de una carpa en condiciones, las carpas han dado la cara y me han dado unas carreras memorables.

Como casi siempre he pescado a feeder con cebadores de rejilla, engodos y maíz de cebo.
La primera de las tres jornadas que fuimos sacamos en menos de dos horas dos buenas carpas de entre 2 y 3 kilos y unos pocos carpines de considerable tamaño. Es increíble la fuerza que demuestran estas carpas, se nota que están fuertes y sanas.
En la segunda jornada se notaba que era día de pescadores (el pantanito estaba abarrotado y la presión se notaba), con todo enganché una buena royal y unos pocos carpines. 

Durante el tercer día el viento tomó protagonismo y restó mucho a la jornada, además del molesto aire se notaba la temperatura baja. Solo dos picadas, la primera se me escapó casi sin dejarme darle lucha pero la segunda si entró bien y conseguí sacarla.

Respecto a Picadas este año se agradece que por las circunstancias que tenemos esté prohibido el baño, ya que si no fuera así, en este tiempo seria imposible pescar por la cantidad de gente bañándose dia y noche.

Me acerqué al atardecer y, aparte de alguna piragua y gente dando de comer a los patos, la cosa estaba tranquila, no se veía actividad de barbos en la superficie. Monté las cañas esta vez con cebadores, engodo y asticot de cebo. A eso de las 8 comenzaron los movimientos, saltos y la actividad en superficie, pero las cañas nada, sin tocarlas, hasta que a eso de las 9 entró un precioso barbete que me dio unas buenas carreras. 

Poco mas ya que estábamos casi recogiendo, espero volver antes de que acabe el verano para ver si clavo algún otro.

En resumen un gran mes de agosto de pesca, diversión y, por supuesto, captura y suelta.

miércoles, 4 de septiembre de 2019

Los Morales, Agosto 2019


Los Morales, agosto 2019

El año pasado fue una desesperación ir a Los Morales, la plaga de carpines Carassius pequeños era tal, que era imposible no sacar otra cosa, y además había bastantes basses minitalla, de esos que se tiran al anzuelo, así que después del primer madrugón desistí.

El verano del 19 estaba en pleno y el ansia, la cercanía y las ganas eran imposibles de detener, así que volvimos varios días a este precioso embalse.

No sabíamos muy bien lo que íbamos a encontrar, ya que llevaba bastante tiempo sin llover, pero cuando llegamos nos encontramos con que estaba tan bonito como siempre.



Las carpas salpicaban en la superficie y de vez en cuando se metían un “tripazo” que llegaba a asustarte.

Como siempre, cuando voy con mi hija, fuimos al lado izquierdo según miras a la presa, ya que es mas accesible y tiene playas mayores.
Llevé dos cañas para poner, una a fondo y la otra a feeder, mientras que mi peque con su cañita, una veletita y asticot blancos y rojos tentaba a los basses, o lo que cayera. A las de fondo, maíz, con un buen engodo de carpa.

Los Carassius han crecido y ahora parecen “doradas” y te dan buena lucha, siguen siendo plaga, pero al menos no paras. Sacamos una bonita carpa, bastantes carpines y también un pequeño bass, que como de costumbre se me escapó (como el resto de la pesca, ya sabéis, soy un torpe).


La verdad es que te lo pasas en grande en este precioso embalse, lo peor es que la gente se lo lleva todo y es una pena, porque la inmensidad de bases que he llegado a ver como el dedo de grandes, en unos años darían unas batallas de órdago, pero que le vamos a hacer.







(Quiero dar las gracias al gran Pely, de “Los Ansias” por sus consejos e información, lo de Carassius no se me olvida ya, amigo.)

miércoles, 30 de agosto de 2017

Los Morales, agosto 2017

El mes de agosto suele darnos buenas jornadas a los amantes de la pesca de ciprínidos,
ya sean barbos o carpas, que es lo que suelo tentar.

 En cuanto a los primeros, mi sitio ideal es el embalse de Picadas, pero últimamente aquello parece una piscina de la Comunidad de Madrid
mas que un pantano, por lo que decidi dejar las tientas para septiembre / octubre, época
en la que espero los bañistas hayan dejado ya de ir, al menos no en manada, y podamos echar las cañas con algo de tranquilidad y no estar pendientes de flotadores, barcas, piraguas, balones, perros
y demás...

Asi que sabiendo esto me cogí a la family y nos dirigimos un par de días a Los Morales, o Embalse de Las  Rozas de Puerto Real, como se prefiera.

No hace mucho tiempo tuve noticias malas del lugar ya que parecía que estaba bastante mal el  nivel de agua, asi que ibamos un poco espectantes ante lo que nos encontrariamos.
Pues bien, el embalse estaba precioso, de agua bien hasta arriba y con esa tranquilidad que tiene hasta que el golpetazo de una carpa te asombra, carpas y basses pequeños, en este caso, saltaban por doquier.

Llegamos los primeros al lugar, perfecto sitio, dos cañas a feeder y otra con veleta para que mi  Laura vaya aprendiendo y se vaya soltando.

El engodo sin complicaciones, dulce, mezcla con pan rallado, aromatizante de vainilla, gusano blanco  y rojo con maiz. Feeders de jaula, no muy grandes y en el anzuelo gusano por un lado y maiz por el otro.

En la caña con veleta gusano, para ver si alguno de los basses que saltaban se animaban, y así fue, al poco de lanzar la cañita de Laura su veleta empieza a hundirse varias veces hasta que desaparece del todo, la indico que tire poco a poco y ala! su primer bass, un pequeño que tras quitar el anzuelo volvió a su medio a crecer.


 En cuanto a las de fondo varias picadas, de esas preciosas, de tumbar el puntero, dos de ellas,  después de un buen rato de lucha perdidas, una se llevó el anzuelo, creo que el nudo se pasó y la otra de repente se soltó, cosa rara porque la lucha estaba siendo suave...seguramente vendría al robo.

Al final sacamos un par de buenos ejemplares, como suele ser normal en el lugar, de kilo y medio, o dos kilos, pero que luchan como si pesaran 5 je je. Unas jornadas de unas tres horas mas que divertidas, en un lugar maravilloso, a seguir.

lunes, 7 de septiembre de 2015

Picadas, 6 septiembre 2015

De nuevo escogimos Picadas para tentar a sus barbetes, una mañana muy tranquila, en familia, fresquita, de esas que van anunciándote que el verano se acaba.
Elegí el mismo lugar de la anterior jornada, mejor sitio imposible: fácil acceso, cómodo para hacer buenos lances, un banquito para sentarte y preparar los aparejos comodamente, vamos, una pasada de lugar, si tuviera que ponerle un "pero" sería a las ocas que viven en el pantano y duermen allí, ya que desde que llegamos hasta que nos fuimos no nos dejaron tranquilos.
Se ve que están acostumbradas a que los domingueros las den de comer y ya se sabe...

Como cebo asticot, mezcla rojo y blanco y un buen engodo para atraerlos. Monté dos cañas con un cebador tipo jaula por un lado y otro especial para gusanos por el otro. Después de un buen cebado lanzamos las cañas y a esperar. El premio tardó quizá un poco mas de tiempo que en la anterior jornada, pero llegó, un precioso barbo se llevaba línea de mi carrete y mi caña daba esos inconfundibles cabezazos que tanta alegría nos da a los pescadores, le dejé que se cansara, que hiciera sus  buenas carreras y poco a poco lo fui acercando a la orilla donde mi Laura tenia preparada ya la sacadera, desanzuelarlo no fue necesario porque en la sacadera se soltó así que tras las correspondientes fotos y vídeos mi pequeña lo devolvió a su medio.

Después las dichosas ocas vinieron para dar buena cuenta del engodo que había caído en la orilla y nos tiramos más tiempo pendientes de ellas que de otra cosa. Al rato otra picada pero no llegó a enganchar bien porque cuando quise echar mano a la caña ya no daba señales de picada, quizá simplemente pasó algún barbo al lado del cebador o el cebo.

Al final cansados de luchar contra los habitantes cansinos de la orilla recogimos los trastos y  nos dijimos que para la próxima habría que buscar otro lugar donde las ocas no nos dieran la mañana.